Sal rosa del Himalaya, la sal perfecta.

La Sal del Himalaya es un producto que se empezó a hacer bastante popular hasta hace pocos años. Se le conoce por el hecho de que su color es muy característico, entre rosa y naranja, que es mucho más cara que la sal de mar y que se supone que proviene de las profundas montañas del Himalaya.

Se suele utilizar como un producto exclusivo en restaurantes finos, así como en centros de spa en sus sales de baño y exfoliantes pero el hecho de que la gente pague mucho más por este tipo de sal que por la común es porque dicen que trae supuestos ciertos beneficios para la salud. La palabra supuesto está bien dicho en este caso pues la verdad es que desde el punto de vista nutricional y de su composición química, la diferencia entre la sal de mar y la del Himalaya es casi la misma.

Procedencia de la Sal del Himalaya

Lo primero que hay que desmentir con respecto a esta sal es su procedencia, ya que contrario a lo que se piensa, está sal no proviene de dicha cordillera, sino que se obtiene principalmente en la mina Khewra Salt que se encuentra en la zona montañosa del Punjab, en Pakistán, pero también proviene de otros lados.

Potasio y Magnesio en su concentración

Tal cual, como la sal común de mar, esta también está formada en un 98 por ciento por cloruro de sodio y el resto son concentraciones de potasio, magnesio y calcio, los que son muy recomendables desde el punto de vista nutricional, pero su concentración es tan mínima que no tiene ninguna incidencia relevante para el buen funcionamiento del organismo.

Origen para su color rosa

Si lo que estás buscando es un poco de color y un sabor un poco diferente en tus platillos, entonces esta sal es perfecta. Las distintas tonalidades de rosa que hay en sus cristales es debido al óxido de hierro y otras muchas impurezas presentes en su contenido. Esta tonalidad puede variar de el rosa más pálido hasta el más vibrante he incluso un tono un poco naranja.

Un argumento que tenemos a favor de este tipo de sal y que quizá justifique el que sea más cara que la sal de mar es talvez el hecho de que su proporción de sodio es mucho menor. Según un estudio comparativo que se realizó, en un cuarto de cucharadita de sal de mar común hay 581 mg de sodio mientras que en la del Himalaya solo hay 388 mg de sodio en la misma cantidad.

Algo que es interesante de mencionar es el hecho de que se necesite menos cantidad de sal del Himalaya que de la normal para conseguir la misma intensidad de salado. Desde hace miles de años se conocen las propiedades conservantes y curativas que tiene la sal, tal como contribuir al mantenimiento del equilibrio de los fluidos del organismo, un juez funcionamiento de la musculatura y también subir la presión sanguínea baja.

Otro punto que tiene a favor este tipo de sal es que es más natural que una buena parte de las sales refinadas que venden, pues a estas se les incorporan diferentes agentes para prevenir que se humedezcan o se apelmacen. Así que habiendo discutido todo esto, no hay motivos para dejar de consumirla pues, aunque si es mucho más cara que la sal marina, se obtiene un toque diferente con ella y lo de ser baja en sodio ya es algo muy bueno por lo que vale consumirla.