Seguramente muchos en nuestra infancia vimos la famosa serie animada de Popeye El Marino, quien siempre consumía espinacas para volverse súper fuerte y así poder derrotar a su archienemigo Brutus, pero lo cierto es que Popeye nos engaño, un error de transcripción hizo creer que contenía más hierro del real, pero lo cierto es que las espinacas no son una fuente de hierro tan significativa como reclama este dibujo animado para adquirir mucha fuerza, en cambio, si posee un buen conjunto de otros nutrientes que son muy beneficiosos para nuestra salud.
Las espinacas dan mucho a cambio de poco ya que es una verdura de fácil cultivo que crece durante los días más fríos y supera a cualquier otra en la mayoría de minerales y vitaminas.
Se ignora el origen silvestre de las espinacas, pero sus primeros cultivos se ubican en Medio Oriente. Llegaron a la Península Ibérica de manos de los árabes, quienes prestaron especial atención a sus propiedades curativas y que la consideraron La Reina de Las Verduras por su finura, uso y propiedades.
A finales de la edad media se introdujeron a Europa, que la incorporó a su producción agrícola a lo largo de los siglos XVI y XVII; Tiempo después se extendió en América.
El poder nutritivo de las espinacas radica en su alto contenido de vitaminas y minerales: sólo 100 gramos de esta verdura aportan dos tercios de las necesidades diarias de la vitaminas A, la totalidad de ácido fólico, la mitad de vitamina C y la cuarta parte del Magnesio y hierro que precisan en el día.
Un error en la transcripción de la medición de sus nutrientes llevó a pensar durante años que contenía diez veces más hierro del que tiene y de ahí derivo que se pensara que servía para dar mucha fuerza, llevándole a la caricatura de Popeye a consumirla para adquirir súper fuerza, lo que seguro motivo a muchos niños de la época a consumirla.
Aun así, es una buena fuente de este mineral y su buena fama de verdura saludable es totalmente merecida. También contiene:
El jugo de espinacas ha demostrado su eficacia en estados de convalecencia y también para mejorar la anemia.
Esta verdura posee un potencial preventivo y terapéutico extraordinario, su consumo habitual ayuda a prevenir ciertas enfermedades y a mejorar Estados carenciales. Se indica sobre todo en casos de:
Existe una variedad en las que se puede comer, como crudas, hervidas, al vapor, salteadas, gratinados o en pizza. Sus hojas verdes, oscuras y brillantez tienen una textura tierna y de un sabor suave y ligeramente ácido, lo que hace que combine perfecto con una gran variedad de recetas, son sencillas de preparar y forman parte de recetarios alrededor del mundo.
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